Desde que soy madre entiendo que nos viene de adentro una fuerza extraordinaria que antes no sabíamos que poseíamos. La naturaleza, el instinto, o la empatía, el apego, el “amor” del que nos habla Maturana, quizás son responsables de esta actitud.
Una conducta que es replicada en las leonas, uno de los animales más aguerridos dentro del reino animal. Y cuando alguna de sus crías está en peligro no trepidan en defenderla o socorrerla con toda su ferocidad y potencia. Esto quedo registrado en una reserva natural de Kenya por el fotógrafo Jean-François Largot, retratista de la vida salvaje, que captó el momento en que un cachorrito león cayó a un precipicio.
Como en una sociedad pensada por Sócrates, se unieron varios integrantes de la manada para ayudar . Su madre llega al borde del precipicio con otras tres leones y un macho. Las hembras, todas juntas, comienzan a trepar hacia abajo, pero vuelven atrás intimidadas por la caída en picada.
Es la madre entonces la que toma el riesgo.
Y con bastante éxito!
Logra tomar con sus dientes al leoncito y trepar con sus fuertes garras el despeñadero.
Ya a salvo, enjuga sus lagrimitas con tiernos langueteos. Nada de reprimendas. Es sólo un chico algo curioso. Ya habrá tiempo de guiarlo hacia caminos más seguros.
Visto en veoverde
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