En la universidad británica de Surrey acaba de iniciarse una investigación, que persigue conocer en qué medida puede considerarse terapéutico, para los seres humanos, el gorjeo de los pájaros. Se sospecha que el trino de algunas aves provoca efectos placenteros en el hombre, pero faltan evidencias científicas que lo demuestren. Obtener esas pruebas es el objetivo del proyecto, liderado por Eleanor Ratcliffe.
Existen trabajos previos, que muestran las reacciones de los seres humanos ante la visión de la naturaleza. Sin embargo, resta mucho por investigar en torno al olfato o los sonidos del medio natural y sus efectos en la salud y el bienestar de los hombres. El trabajo de Ratcliffe, que durará tres años, está financiado por las asociaciones proteccionistas Surrey Wildlife Trust y National Trust.
Parece evidente que los amantes de la naturaleza sienten un especial bienestar al escuchar cualquier sonido que provenga del medio natural y, por supuesto, de los pájaros. El gran reto de la investigación consiste en descifrar si los efectos beneficiosos del canto de los pájaros también se producen en personas no predispuestas al placer de tales sonidos.
Los voluntarios colaboradores serán elegidos al azar en las redes sociales y, tras responder a un cuestionario, deberán desarrollar distintos tipos de actividades, mientras escuchan el cantar de varias especies de pájaros. Las experiencias personales previas (asociaciones simbólicas individuales) representarán un pequeño obstáculo en el proceso, que los investigadores deberán manejar adecuadamente. Además, se estudiará si los efectos, al escuchar grabaciones de aves, tienen análogas consecuencias que el sonido real, en el campo o en un jardín.
Una de las asociaciones financiadoras, National Trust, efectuó recientemente una campaña, que incitaba aescuchar a los pájaros durante cinco minutos diarios, con el fin de combatir la falta de luz, que es motivo de trastornos emocionales y afectivos.
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