Esta es la Iniciativa de un grupo de científicos y expertos en aves de la Universidad de Purdue, en el Estado de Indiana, Estados Unidos; quienes han concluido que para realizar el estudio de las aves, específicamente las águilas, no es necesario capturarlas, es suficiente con recolectar un buen número de sus plumas como método alternativo, con el que pueden conseguir excelentes resultados.
En el caso de aves de menor tamaño encontrarlas y atraparlas no supone mucha dificultad, pero tratándose de las águilas, la dificultad aumenta. Se trata de animales con una envergadura considerable en los adultos, un depredador capaz de alcanzar los dos metros de amplitud con sus alas extendidas e imponer un considerable respeto.
Sus garras y su pico están tan afiladas que pueden cortar un dedo humano, por no mencionar la dificultad de encontrarlas, en relación con la facilidad de encontrar aves de menor tamaño. Lo que aumenta las dificultades y el riesgo para los captores de estos perfectos depredadores.
Andrew DeWoody, profesor de la Universidad Purdue, llevó a cabo esta iniciativa obteniendo notables resultados en sus investigaciones en relación con los datos recolectados de estas aves, que generalmente requieren un cebo vivo para poder atraparlas. DeWoody argumenta que todas estas circunstancias complican el riesgo entre 100 y mil veces más que atrapar aves de menor tamaño.
DeWoddy afirma que las grandes cantidades de plumas recolectadas pueden aportar una excelente información acerca del ADN de estos animales y que incluso, pueden ayudarle a crear etiquetas para registrar los datos de individuos particulares. Incluso, puede a través de estas etiquetas elaborar otros datos concernientes a la población, proporción entre los sexos, parentesco, pautas de anidamiento, etc.
El profesor DeWoody asegura que es posible recolectar cientos de plumas de estos animales en tan sólo una tarde, lo que ahorraría cantidad de esfuerzo y energías en la investigación. El método del profesor DeWoody se ha añadido a un manual de conservación de la naturaleza, Global and Economic Issues (Temas de Economía Global, en inglés); en un apartado sobre sus investigaciones acerca de las águilas. Explica que el método convencional de estudio de las aves, comienza por atraparlas y anillarlas, para realizar el consiguiente rastreo.
Pero en el caso de las águilas y otras aves de gran tamaño este método presente considerables inconvenientes que han retrasado, cuando no, entorpecido en muchos sentidos, los esfuerzos de la investigación científica. A esto se añade las consecuencias traumáticas que conlleva esta práctica para el animal.
Como todas estas aves, las águilas son salvajes y los intentos por capturarlas pueden desembocar en ocasiones, en lesiones que se causan ellas mismas, en sus desesperados intentos por evitar ser atrapadas. DeWoody comprendió que recolectar y estudiar sus plumas disminuía los riesgos tanto para los investigadores como para el animal y proporcionaba los mismos o incluso mejores resultados.
Vía | revista amazings/ciencia
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